Ella... (II parte)

Una de las mejores sensaciones que conozco, es dejar que el sol me abrace a la vez que entierro mis pies descalzos en la arena; caer en la hipnótica danza de las olas, mientras me dejo seducir por su sonido… sentirme pequeña ante la inmensidad del mar…

Esta mañana recordé esa sensación, por eso he decidido acabar con los papeleos que tenía entre manos y escaparme al pueblecito costero que tenía a unos 10 minutos de casa…

Necesito estar sola… A veces viene bien… y esta es una de esas veces…. He dejado de tener pareja y trabajo el mismo mes… eso es acabar bien un año y empezar de cero el año nuevo.

Salí de la oficina del INEM sumida en un mar de dudas… el futuro se me planteaba incierto y esa sensación no me resultaba agradable… trataba de ver el lado positivo de las cosas… pero a veces es complicado….

Estaba esperando que el semáforo cambiase de color para poder cruzar la calle y dirigirme al coche, cuando el alegre y sonoro “Hola¡”, me sacó de mi ensimismamiento

No había percibido su presencia, pero allí estaba, a mi derecha, mirándome fijamente y con una amplia, bonita y quizá algo nerviosa sonrisa…

El jovial saludo lo había pronunciado un muchacho alto, moreno, con el pelo un poco largo y liso, de tez ligeramente bronceada, con ojos expresivos y brillantes, llenos de vida…

Me resultaba lejanamente familiar; parecía algo más joven que yo… quizá algún amigo de mi hermano pequeño, quizá algún compañero de universidad… no conseguía ubicarlo.

Le respondí con un “Hola¡” algo menos jovial que el suyo, pero con mi habitual semi-sonrisa de atención al cliente…

No me respondía, sólo me miraba fijamente a los ojos y me sonreía mientras mantenía sus manos en los bolsillos de los vaqueros.

Iba impecablemente vestido… Vaqueros, camisa, jersey de cuello de pico, americana que parecía hecha a medida del maniquí, una bolsita de bandolera de lo que parecía piel a juego con el cinturón y los zapatos.

“¿Nos conocemos?”



Imagen sacada de esta fantástica página.